domingo, 4 de octubre de 2015

Letritas para el Alma XVII

"Narcisse" Autores: Pierre et Gilles

La maldición de Narciso.
(En los ríos de la Cuauhtémoc)

Caudal de asfalto,
sin memoria de las fugaces flores que le circundaron.
Polen volátil regado en sus orillas, a veces fatal,
simiente que nada fecunda en esta corriente.
Capullos eyaculando sobre sus brotes,
reflejos ilusos anegados sobre sí.

Entre erectos raudales florecen narcisos hermosos,
rocío nocturno brota buqué de cuerpos esbeltos,
al amanecer serán un tanto más marchitos;
su belleza es tal que se vuelcan sobre sí,
estos ríos terminan arrastrándoles,
a imagen y semejanza mueren
ahogados en ajeno placer.

Bellos pétalos destrozados por amor a sus reflejos,
bellezas efímeras revueltas en estos afluentes,
florecen y marchitan buscando su imagen.
Frías aguas revolcándoles por si acaso,
al despertar, apenas son recuerdo,
banquetas húmedas encauzan
frotados tallos envilecidos.  

Narcisos que creen ser dueños de sus espejos fluyentes,
acaban, empapados en fluidos de todos, seducidos.
Nos inclinamos con… por nuestro breve amor,
torrentes que atrapan
ríos de Sodoma
cogen a todos
me cogen.
                                                                              Para mí, Mayo-Octubre 2015
A.G. Cabrera

sábado, 29 de agosto de 2015

Letritas para el Alma XVI

"Life... death... rebirth" Vincent Cacciotti
Insomnio que eres

No dormir pensándote, pensándonos,
me llena de ganas de verte, de hablarte,
... Hay tanto qué decirte.

¿Melancolía? No, estás aquí escuchando;
son cosas que confieso a tu ausencia:

- ¡Recién me volví a enamorar de ti! - 
¿Oíste?

En tu presencia estas palabras se desvanecen,
como que el silencio nos interpreta mejor.

Yacer a tu lado es amarte,
ese respirar mezclado en sueños
fue nuestro diálogo amoroso.

¿Qué es pensarte distanciados?
es el amor de la vida,  dicen.
¡Mentira! Significa que hoy estas aquí, conmigo,
insomnio que expresa todo lo que eres para mí.

Durmiendo a tu lado diré 
tantas cosas...
      - ¡Te amo! - será la primera,
quizá, quizá no escuches.                        

 Para José Ángel R.V. 21/08/14
                                                               A.G. Cabrera

domingo, 25 de enero de 2015

Recetas para hombres de gustos... refinados.

A manera de introducción...

"Yo también soy una conciencia que puede clausurarse, desamparar a otro y exponerlo al aniquilamiento. Yo... La carne, bajo la rociadura de la sal, ha acallado el escándalo de su rojez y ahora me resulta más tolerable, más familiar"… 

Lecciones de Cocina (Rosario Castellanos)


Mi primer contacto consciente con la cocina fue cuando tenía  cuatro años, ese día no había gas en casa y mi madre freía algo en la sartén eléctrica, metí mi mano y bueno, no fue el mejor recuerdo de un gusto que al tiempo desarrollaría. El mismo inició cuando llegaba de la escuela y mi tarea era preparar el `agua fresca´ para la comida, al terminar, me sentaba en los escalones de la cocina y las charlas con mi madre se hacían largas, más las que tenían que ver con su sentir respecto a muchas cosas, especialmente eran largas cuando hacía tortillas de harina y le ayudaba a plancharlas, planchar tortillas norteñas, para quien sepa como se preparan, es una tarea ruda.

Con el tiempo le aprendí muchas cosas, sazones, toques, cocciones e incluso me atreví a experimentar mezclas de sabores, descubrí que no lo hacía tan mal cuando decidí independizarme y vivir solo, lo primero fue perderle miedo y prejuicio a este gusto, como a muchas cosas de las que hablaré mientras lo comparto con ustedes, llegó el punto de encontrar algo de placer en el mismo. El gusto lo encontré en cada platillo que probé en mi infancia,  el miedo lo perdí cuando por primera vez que un tío se enteró que colaboré en un postre expresó que yo era “medio rarito”, pero a nadie le importo e igual lo comieron, el hobbie llegó cuando descubrí que me sirvió de pretexto en mis citas con uno de mis primeros novios, el placer vino cuando alguien me dijo que yo era un hombre de gustos refinados.

Siguiendo en la tónica del placer, titulo así esta sección del blog. Entre sexismos, convencionalismos, recetas, gustos y placeres, inicio este serial que lleva especial dedicatoria a los “hombres de gustos refinados” o maricones que gustan del buen comer. ¡Provecho!

Recetas para hombres de gustos...  refinados I.
Pollo en crema de chipotle. HONESTIDAD.

Ingredientes para 5 porciones:
-      - Mantequilla o aceite de oliva al gusto
-     - Sal, cilantro y cebolla al gusto
-      - Pimienta al gusto
-      - 1 taza de crema agria
-      - Siete onzas o una  lata chica de chipotles
-      - 1 queso fresco (ranchero)
-      - 1 taza de leche entera
-      - Un diente de ajo al gusto
-      - Filetes de pollo y piel de pollo o piezas de pollo enteras

Las piezas de pollo se cubren con pimienta al gusto…
Hoy necesitaba que fueses honesto, mañana ya no lo degustaré igual...


El secreto de esta receta, particularmente la crema que baña la carne, es el ajo, este condimento fuerte que si se coloca en exceso amarga, pero cuya ausencia, por el contrario, hace perder sabor a lo servido, la honestidad es igual que el ajo, hoy sentí cómo el enamoramiento entre un amante y yo, que pretendía afianzarse en este valor, más bien en esta cesión recíproca, decirnos la verdad, se fue al traste; la realidad es que no hay sorpresa, la verdad vino sobre algo que ya conocíamos desde hace tiempo, pero que… calladamente aceptamos para vivir este romance pasajero con cierta complicidad. El problema es que hoy no estaba de humor para escucharlo de unos labios mordaces, que en tono de broma retadora, me indicaron que le estabas rogando por un acostón, “quiero una cogida fuerte” fue tu frase más o menos. ¡Qué pinche coraje, esta mantequilla ya se quemó!, no debí subir mucho la flama, todo en cuestión de sazones debe prepararse a fuego lento, los amoríos también.

Ilustración de ajo, sampuru japonés. 
En este platillo la carne es un elemento secundario, para satisfacer un antojo con carne no hace falta tener buen gusto, cualquier trozo expuesto a algo de calor está listo y pretende servirse como un logro culinario, carne es carne y punto, comerla así simple es un mero saciante. Lo exquisito de un plato como el que pretendo explicar está en el aderezo, un paladar que se precie de exigente sabrá que no es lo mismo llenarse el antojo con cualquier plato puesto a la vista que con uno preparado en tiempos, con condimentos bien pensados, ingredientes frescos y guarniciones que añadan o contrasten el paladar, aunque se trate de algo ya saboreado anteriormente. La crema especialmente hoy tuvo un sabor agridulce, creo que este queso fresco le dio el toque justo al revolverlos, no hay queso fresco que sepa igual, lo artesanal de su elaboración hacen cada pieza única, lo mismo me sucede cada que me enamoro, ¿enamorarse?, sí,  sentir ese deseo irremediable de estar con alguien que probablemente no lo esté sintiendo, el amor es otra cosa, cuando esto sucede uno trata de reinventar lo mejor de sí pero termina usando los mismos métodos  y con el mismo sabor de boca, igual sucede, supongo,  al quesero, pero aun así unos quesos saben mejor que otros. Sí, este queso le dará buen sabor al plato.


Hay que licuar el ajo sudado con la mantequilla, una taza de leche entera caliente es suficiente, mm … no a todos les gusta este platillo, la leche genera muchos miedos entre quienes no la toleran, que triste una vida limitada en antojos. Mi celular suena, es un `whats´: “Ayer en el antro no dejaba de voltear a verte , perdón, pero sí me gustas, así como no tienes idea, sé que tienes novio pero aun así te lo quería decir”, para este admirador secreto sólo atiné a responder que no se preocupara, agradecí el detalle con cierta solemnidad:  - “nada en cuestión de sentimientos debe callarse, te agradezco el detalle pequeño” -.  Espero que la infusión de ajo con mantequilla y leche siga tibia, no debí contestar ese mensaje, licuarla fría echaría a perder todo el proceso, el ajo acabaría por no impregnar toda la crema y no daría buen sabor a la carne, unas partes insípidas y otras con exceso de condimento, lo mismo sucede cuando algo se calla, acaba con partes sin sentido y otras demasiado fuertes para tolerarse, siempre es bueno expresar lo que se siente por alguien o a pesar de alguien, ayuda a dos cosas, superas a la persona y ésta, de alguna manera, termina por  acordarse de ti.


Falta agregar el picante; los chipotles, el queso y la crema se mezclan con la infusión licuada,  los tramposos le agregan un cuadro de consomé en polvo, los más experimentados sabemos que hervir la piel de pollo con sal y cilantro le da un mejor gusto, es más… digamos… honesto, no agregas elementos que no estuvieron en control de tus manos al proceso, seguir las reglas que buscan el mejor resultado siempre ayuda a que todo sepa mejor, especialmente si las reglas las pone el degustador (lo quiero término medio, bien cocido, sobrecocido), si después cambia de parecer el comensal, es su problema,  igual lo tendrá que terminar o simplemente ya no probarlo sin reclamar nada al cocinero y todo terminará en un mal desperdicio,  lo mismo aplica cuando superas el estado de carne con alguien y quieres que él no sea un antojo más; en estos procesos, el fuego y el tamaño de su llama,  de la que pocas veces se habla en los recetarios o en los manuales de terapia de pareja, se deben cuidar, no hay manera de medirla con exactitud, el factor de experiencia es el que acaba por enseñarte cómo manejarla, lo mismo cuando te enamoras o te desilusiona un resultado en el que invertiste tanto tiempo.



Este plato lo preparé para mí solamente,
 no vale la pena servirlo para alguien más. 
Sin dedicatoria. 
A.G. Cabrera

jueves, 15 de enero de 2015

Algo de mi pueblo paterno, Naica Chihuahua.

Ayer me entero de que mi pueblo querido, Naica Chihuahua, tierra de mi padre, batalla y llora calladamente con y por su mina.

En mis infancias este pueblo significaba mis veranos metiendo en los pies en la acequia llena de agua caliente que bombean de las entrañas de su tierra, perseguir las palomas y codornices en la casa de tío Miguel, ver a mi abuelo sentarse a la orilla de su huerta pensando el tiempo que se le iba en su vejez y recordando sus hazañas de joven montado a caballo en el mineral de la luz en Guanajuato, era dormir en casa mi tía Martina y tío Pablo para amanecer y tomar `chocomil´ con hielo, esperar el fin de semana con mis primos para ir a nadar a “los filtros” en ciudad Camargo, escuchar corridos Villistas y saludar por teléfono a mis tías de Parral, ver un letrero que decía “Naica, tierra de Dios y María Santísima” cuando entraba uno por la secundaria donde estudió mi papá, era ir a comer carne con chilaca y chile pasado que mi madrina Licha preparaba desde una semana antes de que llegásemos, sentarse en la cocina sudando a chorros mientras paleaban las tortillas norteñas con manteca Inca, subir el cerro y abrirte las rodillas con las piedras filosas o las lechuguillas, perderle el miedo y respetar a las víboras de cascabel. Hoy sé además que también ahí es la principal mina de zinc de Latinoamérica y una de las más importantes de plata en México, que en su presón natural hay trilobites descendientes de millones de años antes que nosotros, también entiendo que es sede de una de las secciones más combativas del sindicato minero, y se sabe en el mundo de los geólogos y los exploradores que es una maravilla única a nivel internacional por contar con los cristales minerales más grandes conocidos por el hombre en la Tierra. Pero… dicen las ancianas del pueblo (que no conocen a Thomas Mann, quien les plagió su sabiduría), que la belleza, más que el dolor, es lo que da más sufrir; y en este pueblo y su mina todos lo saben.

Quienes ahí trabajan dicen que si el infierno tuviera entradas ésta sería una, y sí, es digna de un arquitecto del ángel más bello y más maldito, con un calor que duerme para matar enmarcado por sus bellísimos cristales dignos de cualquier palacio encantado. 45 a 50 grados centígrados de calor y una humedad del 80 % cocen todo lo que tocan, y sin embargo, los mineros de este pueblo pudieron guiar a los científicos europeos y asiáticos que vinieron a estudiar sus maravillosos cristales, sin más equipo que con el que a diario trabajan, mientras los eruditos se quebraron por meses la cabeza para diseñar trajes que les permitieran sobrevivir su exploración.

Los mineros de acá solo requieren de su necesidad, su familia, la parroquia y las cantinas de cada cuadra para poderse aventurar a conseguir el sustento diario. La gente aquí es tan ruda, fuerte y de ley que los militares de “Santa Gertrudis” que bajan de fiesta cuando no están acuartelados andan con pasos de cuidado de no provocar la ira de un lugareño.

Hace unos días la belleza de las entrañas de esta tierra desértica y volcánica del municipio de Saucillo, quiso, como si el infierno le tuviera miedo a lo que sucede en el norte del país, cerrar una de las pocas entradas a sus confines. La sobre explotación del mineral abrió nuevos afluentes subterráneos, las aguas hirviendo impiden cada vez más su entrada, las familias mineras turnan el jornal solidariamente para que el salario reducido les alcance a todos. Cuando el diablo trata de cerrar su entrada a lo que de afuera llega para robarle con siglas de Cía. Corp. Mining co. SA. Ferrous Metallic. , las familias de esta “tierra de Dios y María Santísima” marchan en procesión cantando para que aquél a cuya palabra se consagra esta lugar, escuche y ponga la inteligencia necesaria en los ingenieros para que puedan contener estas puertas acuáticas, hoy en mi pueblo querido de la infancia se canta orando por su supervivencia, no puedo dejar de pensar en mis primas, primos, tías y tíos que están por allá y al mismo tiempo sentirme impotente por lo que sucede, mis mejores deseos están con ustedes. Les recuerdo pensando también en estas letras de Serrat que bien van para lo que Naica es en este momento …

PUEBLO BLANCO
Colgado de un barranco
duerme mi pueblo blanco
bajo un cielo que, a fuerza
de no ver nunca el mar,
se olvidó de llorar.
Por sus callejas de polvo y piedra …
Sólo el olvido...
camina lento bordeando la cañada
donde no crece una flor
ni trashuma un pastor.
Y me pregunto por qué nacerá gente
si nacer o morir es indiferente.
De la siega a la siembra
se vive en la taberna.
Las comadres murmuran
su historia en el umbral
de sus casas de cal.
Y las muchachas hacen bolillos
buscando, ocultas tras los visillos,
a ese hombre joven
que, noche a noche, forjaron en su mente.
Ellas sueñan con él,
y él con irse muy lejos
de su pueblo. Y los viejos
sueñan morirse en paz,
y morir por morir,
quieren morirse al sol.
La boca abierta al calor, como lagartos.
Medio ocultos tras un sombrero de esparto.
Escapad gente tierna,
que esta tierra está enferma,
y no esperes mañana
lo que no te dio ayer,
que no hay nada que hacer…

Naica... 2000 - 2001
A.G. Cabrera

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