lunes, 4 de diciembre de 2017

Letritas para el Alma XXII

Del serial  "Todos/as somos pájaros y volamos" de Citlali Colín

El cantar de las aves.

El destino es una parvada de aves;
de rumbos fijos, rutas precisas,
estaciones perfectas y rituales primitivos,
certeza son las aves.

Desde el albor de su existencia,
las personas anhelan su vuelo;
Ícaro, en búsqueda de su infinitud,
hubo de entenderse humano,
transitorio,
imperfecto,
precipitándose ante su naturaleza.

Ascendidas,
sus linos plumajes hechos de fábulas,
sueños, fantasías,
y… fe;
con la gracia de su fuerza,
engendraron a los ángeles.

Pero… no son espíritus alados,
son evocación real y cierta,
del origen de todo.
Han de volver cada estación de luz,
para decirnos y recordarnos:
- Este es el preciso lugar donde vine a este mundo, 
¡mi mundo! -.

Torpe y soberbia la humanidad,
de vanidosos oídos,
no entiende su canto;
lengua antigua,
original,
primaria,
fue olvidada.
“… llenad la tierra, y sojuzgadla…”
la desterró.

Pero la memoria original es fuerte,
se eleva, canta cada mañana
y ha de hacer el cielo que añoramos.

La creación, que en parvada retorna,
se entona cada mañana con bello trinar;
ignorantes de su esencia,
la enjaulamos,
le dimos nombres ajenos,
letras hieráticas,
ritualistas,
complicadas.

Portavoces de las palabras de Diosa,
verbo de madre
perdido pero no extinto;
en cada nueva avecilla
ha de perdurar, volver,
nacer… libertar.

Algunas personas
han de ser aves;
son aves. 





Para la querida Citla, 
quien va siendo Ave.

23/11/2017

A.G. Cabrera

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