
Ésta es una amistad,
esta es una amistad que tuvo su origen
y un principio
sino en un poco de atracción
y en un mal entendido que no quería aclararse
y en un hasta luego.
Una amistad mal nacida de ese mar de encuentros
una amistad que no consumió la carne
una amistad que olía a fantasías y a sueños
y diferentes humedades.
Un amigo que ya no tiene remedio,
ni olvido,
ni secretos, ni poses,
ni siquiera una pequeña malicia indiscreta.
Una amistad rodeada de transparencias
y de sinceros, y del frío de la verdad pura del otoño
y de confianza que se agarra ante el encuero,
y de todo lo que se sabe
porque poco a poco se va diciendo.
¿Por qué llega la amistad y luego el apego?
maldito apego, cobra difícil dejar ir,
aunque el otra vez ayuda a ver partir;
amistad que se mantiene muy a pesar del tiempo
y a pesar del adiós. Adiós y hasta siempre.
Amistad tan extensa como un continente
y tan breve como una sonrisa sincera,
que sin embargo, seguirá extendiendo la mano,
y moverá a su lado
aunque sea en el recuerdo.
Amistad del recuerdo que se guarda profundo,
en un espíritu que a todo se abre
y que suena sincero cuando se deja conocer,
donde hay mustios,
impropios
y calles y camas y palabras
y todo lo que un amigo nos guarda.
Amigo que nos guarda
y se aguarda.
A Nacho, unas palabras nacidas con ayuda e inspiración en el maestro Efraín Huerta, a la salud de tu partida y de tu éxito.
Angel González Cabrera.
28/ Ene/ 2011
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