miércoles, 2 de febrero de 2011

Crónicas de Bethesda VII


Espero que leas estas líneas y te comprendas mejor mi amigo:

Hola Angel, así nos llamamos angel, sin acento porque así nos pusieron. ¿Cómo te ha ido en mi vida?, desde dentro te he observado y creo que en general estamos bien, te he visto en ocasiones fuerte, vigoroso y lleno de ilusiones, y en otras temeroso, quebrado y lleno de dudas, pero sigues estando siempre conmigo. Llegas a un año más de tu vida y aún tienes muchos planes, proyectos y dudas pendientes en tu agenda interna, ya arrancó el siguiente año y apenas vas dejando de aferrarte al pasado, en uno de tus sueños me confesaste que desearías regresar el tiempo, lamento decirte que eso no es posible, solamente podrás seguirlo haciendo ahí, en tus sueños; tendrás que ir por la vida con el nuevo reto que el 2010 nos dejo en el camino, juntos y solitos podremos superarlo y seguir adelante que sí se puede. Reto, desafío, confrontación, esperanza, mucha esperanza.

Recién el tiempo comenzó a alcanzarnos en algunas cosas y los remordimientos del ojalá comienzan a invadirnos, ni modo, el tiempo es lo único de lo que no nos podemos reponer, te recomiendo dejar el ojalá y ponerte a trabajar en el ahora, ese que nos da de vez en cuando chances de enmendar lo que el ojalá dispuso. Quizá el tiempo nos parezca corto cuando lo vislumbramos a partir del proyecto futuro que no hemos iniciado o de lo que desearíamos haber llegado a ser, pero no, el tiempo es solo eso, tiempo, y creo que es importante contarlo a partir de los logros y de los proyectos que se van encausando dejando que fluya sin apegos y punto, debimos haber entendido esto hace un año, pero bueno aún hay eso, tiempo.

Últimamente he notado algo curioso y que pudiese parecer simple, pero no por ello menos importante para ti, ahora te ves al espejo y no solo te reflejas como antes, recién, no ponías hincapié en ver cada línea y cada imperfección de tu piel pues era bella y sana y pensamos que así seguiría; de pronto, algo comenzó a cambiar esto y recordaste la angustia que te daba despertarte y verte un nuevo estigma en la frente o en las mejillas o en la barbilla y sentirte horrible o avergonzado cada que alguien ponía sus ojos en ti preguntándose ¿qué te pasó?, empezaste a cubrirnos y a tratar de reparar los daños de nuevo, es un proceso lento pero como te lo dije arriba, juntos podemos superarlo, lo mejor es que ahora pareces más fuerte para enfrentarlo en lo externo y en lo interno. Queremos nuestra cara de regreso.

Tenemos algo muy importante pendiente relativo a tu formación, este año debes terminarlo y darle punto final, de ello dependen tus siguientes pasos académicos mi amigo, incluso aquellos que no tienen mucho que ver con este primer paso inconcluso. Eres congruente y debes demostrarlo en esto, acuérdate que la congruencia es la mejor carta de presentación de quien no tiene quién lo presente al mundo.

Los 27 años nos trajeron algo muy importante y bueno, tu corazón comenzó a dejar de vivir en la congoja del recelo para dar pie a la máxima: Déjalo ir que si es tuyo volverá. Descubrimos que no es cuestión de adueñarse de otro sino de aprender a dar sin esperar a cambio, y pareciera que con esta regla el universo acomoda todo y te devuelve lo que das sin más que en la justa proporción, volvimos a enamorarnos y nos volvimos un poquito más libres al entender que la propia felicidad no depende de otro sino de uno; el amor, la compañía, el cariño y el calor que el otro nos brinda es porque quiere hacerlo en la medida que tú lo haces, entendimos que en este rubro no rige la obligación, en cambio sí la libertad, la libertad de ser y dejar ser.

Con respecto a los demás, te puedo aconsejar que los que están lejitos o algo apartados de ti te extrañan, mantente más al pendiente de ellos que ellos lo están de ti, sé que los llevas en un lugar especial aquí conmigo y les guardas mucho, pero ya no lo guardes y mejor dáselos en la justa medida y lo más posible según el caso.

Volver a la básico y lo que quieres debe ser tu consigna este año, en dos mil nueve te registe por el qué será atando tu cabeza y esfuerzos a lo que otros hicieran o te cumplieran; dos mil diez fue el año de tu apatía y dejar que muchos dispusieran sobre ti y lo que crees, dos mil once no, debe ser el año del qué quieres y de lo básico. Lo sencillo va mejor con nosotros que las poses y punto.

Estoy observando desde dentro y veo muchas cosas que nadie puede, entre tú y yo no hay más que honestidad pura, cuando lo necesites, estaré esperando por ti en caso de que quieras contar con la sinceridad de saber la respuesta antes de hacer la pregunta; no te digo adiós, ni que espero que tengas lo mejor, ni te felicito, simplemente cumplo un año más contigo y punto, aprovéchalo y aprovéchame que aún hay tiempo.

Te dejo esta paráfrasis de Efraín Huerta, que últimamente nos enamoró con sus letras, para que reflexiones:

Un día sin consuelo me dijiste te llamaré mañana,

y el mañana, digo, la mañana, nunca

vino a nosotros – ni el claro del espejo en que te miras,

enterito y desnudo como la dicha, como hoy.


¿Quién si no nosotros se asomará a vernos al pasar por la vida?

Nadie, en fin, porque eres desbordado

y casi siempre tienes de sobra, y lo manifiestas, canallita.


Ojalá sigas siendo el mismo en tu lívida noche.


(Se descubre una veta de agua y se evapora

en el cielo alto de verdad y ceniza que construyes,

ya tienes con que regar tu nueva vida.)

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