
Un día decidí que me había vuelto a enamorar.
¿Has dado un beso de inicio con un
adiós en la mente?,
apenas rocé tus labios ya ideaba la
forma en que te despediría.
Tras escuchar un par de ocasiones
esta canción, sus letras me decían que me recordaría a ti, hoy la volví a tocar…
Ne me quitte pas …
Je t'inventerai
des mots insensés
que tu comprendras
Je te parlerai
de ces amants-là
qui ont vu deux fois
leurs
cœurs s'embraser
Hace dos meses
que estoy saliendo contigo, más en ponernos de acuerdo para vernos que de
hecho, en realidad son siete citas efectivas las que hemos compartido, dos
sexuales, una de diversión, otra para platicar profundo sobre lo que sentimos,
dos para repetir el encanto de disfrutarnos, la última para acompañarte al
médico tras la hazaña de tu fin de semana ajetreado, dijiste que ensayabas,
supe que en realidad citabas a un “sex buddie” nuevo, no hay reproches, muchas
veces lo he aplicado también. Entre las inyecciones, el antibiótico y la
observación que hoy te hicieron estuve pensando que después de todo tengo un
patrón de enamoramiento: Cara linda, actitud muy seductora, carácter agradable,
ego muy inflado, cero reciprocidades, buena afinidad erótica y nulo compromiso.
Después de tu discurso de cómo las personas llamadas como yo
habían estado marcando tu vida, recién decidí ya no verte. Me dio curiosidad saber cómo es tu novio, fue
como un espejo esa mirada en mi pantalla, me dio nostalgia recordarme en esa
imagen, hace tiempo me volví una persona más cabrona y deje de “postear” fotos así, ya no sé mirar
de esa manera.
Historias del
fondo de una cerveza:
Estos labios
con olor a media noche se quedarán así,
dos miradas
más que le envíes y me retiro.
Rogar quedo de
lado en mi esquema de humillaciones.
Un escaparate
con ironía de cuerpo perfecto aislando tus palabras, más la honestidad de la
contemplación en silencio, acabaron por convencerme que no había nada más allá de
una figura de belleza davidiana en ti, esta contemplación destacó dos ojos simétricos
que en la rigidez de la búsqueda de tu perfección, demostraron que no hay más
amor para ti que el propio, te envidio.
Amantes
esporádicos: Ven; recién recordé que me encantas,
en realidad
necesito un cuerpo, el tuyo tiene algo que le va genial al mío.
¿Te
parece si al menos hoy permanecemos más tiempo recostados?,
este
par de semanas sin verte ha sido desgastante.
Mañana
el ómnibus te lleva de vuelta a tu destino, no habrá carta, ni regalos, ni
cita, ni sexo de despedida, solo un leve mensaje deseando lo mejor. Son las
16:43, en siete minutos te embarcas y decidiste que sí sentías algo por mí, - "he descubierto que me encantas y lo valioso que eres, una persona como tú me hubiera
enamorado más" -., - (yo sí lo hice de
ti) no, no, no escribas eso… Gracias, valoro mucho tus palabras, ¡buen viaje!
-., - ¿estás bien?, te escribiré en cuanto llegue, en serio, ¿estás bien? -, -
sí, sí, un tanto ocupado solamente, ¡buen viaje!-. Tres semanas después
escribes, vagamente recuerdo que decías, al parecer todo te marcha bien.
Todas las
relaciones comienzan sin pensar en la despedida. Decidí que de ahora en adelante,
cuando me vuelva a enamorar, pensaré en cómo despedirle, será esa primera
impresión que me encante de alguien la que originará las palabras con las que le deje marchar. Hoy quise estar pendiente de él, pregunté como está, aún no hay
respuesta.
Escribiré en polvo del sofá, que
recién recordé que te amé;
¿tu nombre?, hay demasiado polvo,
retirarlo resulto sencillo.
En esta habitación nada
permanece.
Para O.B.
Para O.B.
La vida esta llena de miseria, sufrimiento y soledad; y, ademas se acaba muy pronto...
ResponderEliminarWoody Allen...
“Alguna gente no enloquece nunca. Qué vida verdaderamente horrible deben tener.”
Eliminar―Charles Bukowski