LA FELICIDAD AMOROSA ES EL ANHELO POR LA
HONESTIDAD.
Sin duda escribir las presentes
líneas plantea un reto a cualquiera que haya estado involucrado en un romance
que culminó por algún desencanto basado en descubrir una mentira. La cuestión
del amor y las mentiras idealizadas o condenatorias en torno a él, sean estas
sociales o personales, ha sido, me atrevo a afirmar, el punto de quiebre de
muchas de las relaciones, especialmente de pareja, en las que nos hemos visto
inmersos a lo largo de nuestra vida. Bien
valdría retomar la reflexión que hacía Erich Fromm en su texto “El arte de
amar” cuando planteaba la pregunta - ¿es
el amor un arte? –, en ánimo conciliador respondía Fromm que el amor en
nuestra sociedad no está considerado un arte que hay que aprender con la
experiencia y redescubrir en cada nueva relación, sino se idealiza más como un
sentimiento que debe surgir y del cual no hay mucho que aprender o razonar,
sino solamente llevarlo a la práctica aunque muchas veces ello conlleve el
ensayo error, si a ello le añadimos todos los factores sociales pre existentes
o prejuiciosos en torno a las relaciones entre parejas del mismo sexo la
metáforas del amor se complican aún más para los homosexuales. Sería muy
puritano y poco creíble sostener por
parte de cualquier persona que nunca ha mentido dentro de su relación actual o
anteriores, el primer acto de reconciliación que se aprende dentro del arte del
amor saber reconocer tales mentiras y reconstruir las afinidades por medio de
la verdad, es un ejercicio donde se pone a prueba toda la capacidad de
comprensión y perdón de una persona a otra, al tiempo que se pone en contrapeso
el dolor del mentido frente el amor al mentiroso, bien podríamos parafrasear a
Milan Kundera sosteniendo que la felicidad en pareja es el anhelo por la honestidad,
en el tema del amor y sus mentiras bien aplica tal afirmación.
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Fotografía: Erotic Photo-Art, Autor: Olivier Valsecchi |
Sin duda en todas las relaciones
amorosas las personas tendemos a buscar en cierta medida la
satisfacción personal en la felicidad del otro, lo que implica un tanto de
renuncia a la propia individualidad; aquí cabe puntualizar que no se trata solo
de las relaciones amorosas erótico afectivas a nivel de noviazgo, compañeros o
amantes, sino en todas las relaciones amorosas. Conseguimos un tanto de
nuestros fines personales a través de las relaciones que construimos con los
demás, y es aquí donde tiene su punto de origen el problema de la mentira,
mentimos en nuestras relaciones amorosas porque buscamos que el otro desconozca
una realidad que podría generarle dolor o bien porque el conocimiento de la
verdad podría privarnos del bienestar o beneficios que conseguimos con esa
persona. En la mentira dentro de una relación, o bien hay un contenido
condescendiente o un tanto de egoísmo, cuando nos decidimos a mentir dentro una
relación es porque existe un hecho que podría poner en riesgo la posibilidad de
mantener la felicidad dentro de ésta, ante tal situación quedan dos opciones:
mentir como medio para evitar el dolor o privación, u afrontar la verdad
respetando la decisión que la otra persona tome en torno al hecho.
El ideal romántico a priori de lo
que es el amor en pareja que como sociedad se ha construido, es la principal
mentira que interiorizamos de lo qué es el amor: Un sentimiento puro que nace
per sé y que por ende se puede vivir sin necesidad de aprender o reafirmar,
nada más falso que ello, si bien el amor nace producto de un sentimiento de
contenido emocional y apego, en la medida
en que se pone en práctica y se aprende de las diversas relaciones en
las que se vive se puede ir construyendo y por ende superando el proceso
continuo que como seres racionales nos define: la separatividad e
individualización frente a otros.
Cuando sostenía al inicio de este
texto que sería poco creíble afirmar que nunca hemos mentido en el proceso de
construcción de nuestras relaciones lo hacía desde la premisa de que aún dentro
del mentirnos entre pareja, esto puede tener una connotación positiva, me
explico: En el proceso de surgimiento de una relación de pareja por regla
general las personas tratamos de mostrar nuestro lado más agradable a la otra,
este proceso implica la necesidad de posicionarnos como una opción deseable,
por lo que muchas ocasiones tendemos a exagerar, ocultar o transformar ciertas
realidades propias de carácter físico, emocional, personal o contextual, esto
para atraer la atención y en consecuencia la afinidad del otro. En este proceso,
retomo al maestro Fromm porque es quien más ha teorizado en fechas recientes en
torno al concepto de amor, sostiene que pasamos por varias formas de
pseudoamor, las que se presentan
comúnmente en las relaciones de pareja iniciales son dos: El amor a deùx en el que las personas se
unen frente al mundo para satisfacer sus propios intereses (entre los que se
encuentran por supuesto incluso los sexuales) y el amor idolátrico que es la idealización de la persona amada, mismo
que siempre conducirá, si no se supera, irremediablemente a la desilusión; la
conservación de estas fases primarias del amor originan la necesidad de la mentira
como eslabón que mantenga unidas las relaciones, si no se trascienden estas
fases narcisistas la mentira acabará consumiendo a la pareja y extinguiéndola.
La superación de las fases
primarias de las relaciones (amor a deùx y
amor idolátrico) que consideran que
el amor entre las personas componentes de una relación siempre estará ausente
de problemas, es el paso necesario para llegar a la permanencia de una relación
amorosa, cuyos componentes fundamentales sostiene Fromm son: La voluntad de ser
y el compromiso, mismos que se consiguen sólo a través de la escucha, paciencia,
preocupación recíproca y fe realista en el otro cuyo punto de partida es la
necesaria honestidad y negociación mutua de la propia individualidad. Con esta
afirmación no trato de dar la receta mágica para la superación de las mentiras
amorosas, ni mucho menos pretendo que sea la única vía, incluso usted como
lector puede discrepar de lo que sostengo, pero sí considero sumamente
rescatable la idea de ser realistas en nuestras relaciones amorosas a través de
la honestidad como punto de partida para
la permanencia, cada quien en la medida y forma que construya las mismas. Cierro
este artículo con la siguiente frase de Monsiváis sobre la mentira piadosa: “Mentir no solo es abstenerse de la
verdad, es salvar a la verdad del riesgo de la inexactitud”, para
reflexionar.
Ángel González Cabrera
Con el número VII cierro el serial de Crónicas de Anteros, previemente fueron de
Bethesda y próximamente vendrán las Crónicas de Ameinias (por si les interesaba).
Bethesda y próximamente vendrán las Crónicas de Ameinias (por si les interesaba).
La Cita:
ResponderEliminarI celebrate myself, and sing myself, and what i assume you shall assume, for every atom belonging to me as good belongs to you. I loafe and invite my soul, I lean and loafe at my ease observing a spear of summer grass.
Walt Whitman ... Song of MySelf
... hasta aquí había hecho y rehecho
Eliminarmis trayectos contigo
hasta aquí había apostado
a inventar la verdad
pero vos encontraste la manera
una manera tierna
y a la vez implacable
de desahuciar mi amor
Mario Benedetti... La culpa es de uno.