domingo, 23 de mayo de 2010

Crónicas de Bethesda V



Parece que estas semanas tenía de mucho y de nada sobre que escribir mi crónica, podía ser sobre el aniversario del antro de moda pero me dio flojera hablar de lo mismo que sucede siempre en ese lugar solo que ahora con un toque de "glamour" con brillantina un muchos rostros, telas corrientes, un cover sobre valuado y el alcohol a todo lo que dio fluyendo entre las locas, así que me dio mucha flojera; pudo ser el evento cívico del día internacional contra la homofobia con su gente curiosa, consiente, solidaria o morbosa, el éxito mediático y la persona con discapacidad que me dio una valiosa lección de lo que implica NO DISCRIMINAR o sus fallas como las veladoras por la paz que nunca se pudieron encender como si supieran que no tiene caso encenderlas dada la situación del país; pudo ser el beso de la polémica en primera plana del diario de circulación estatal, que le valió un debate de más de 50 páginas en los comments por la – aberración moral- del beso o el – valor civil – del mismo beso visto por diferentes criterios, convicciones, moralina o congruencias, beso posado realmente por mí y mi novio para la causa, pero que ya se discutió tanto que sobra que yo le refiera más líneas; pude haber hablado también de las maravillosas y putescas anécdotas que nuestro mecenas del colectivo abordó sobre 30 años de antecedentes referentes a ser gay en este pueblo, pero es tan conocida su leyenda, promiscuidad, obra y filantropía que sobra dedicarle tanto espacio. Pude haber hablado de todo esto o de nada porque me daba flojera escribir con la misma línea de las cuatro crónicas anteriores, pude haber hablado de esto si no hubiera sido porque todo esto no tiene importancia cuando te enfrentas a la realidad de muchos chicos casi adolescentes que se divierten entre la brillantina y el cover sobrevaluado, que igual se acercan a solidarizarse o se esconden para evitar el saludo del que reclama en público sus derechos humanos, que leen o más seguramente no el periódico donde sale una pareja gay besándose, que escuchan las anécdotas de los gays mayores que los aconsejan o los desvirgarán aprovechándose de su experiencia o que, simplemente ignoran tanto que pueden joderse la vida por amor, una mala decisión o por un momento de placer exprés.


Es sobre esto último que decidí escribir, como siempre pero ahora con más razón, sin hacer referencia a personas específicas, trasgiversando un tanto las situaciones y evitando ser muy concreto en cuanto al contexto para evitar que alguna mente torpe trate de adivinar a quien me refiero en un intento de saciar su necesidad morbosa de saber cómo andan las cosas con respecto al VIH/SIDA en su contexto, (existen quienes torpemente piensan, que saber ¿quién? más que saber ¿cómo? es la mejor manera de protegerse, la experiencia me ha enseñado que es mejor saber ¿cómo?, bendito condón) (PD: también aborrezco a las personas que reenvían las cadenas de mail con fotografías de otros diciendo que hay que cuidarse de fulano o mengano porque es portador); y sí desafortunadamente, después de cientos de anécdotas que he escuchado entre activistas afectados y no afectados por la enfermedad, de cientos de pláticas en donde aún subsisten las ideas tontas de que en mi contexto, nivel económico, mis contactos nice o a mi edad no me puede pasar, después de hacer amistad y contar entre los amigos más queridos en diferentes lugares del país a seres humanos afectados por este padecimiento que a pesar de ello anhelan vivir, enamorarse, coger con alguien que quiera más que su cuerpo y ser felices, después de todo esto, duele decirlo, pero el VIH/ SIDA es un tema, situación o realidad que está presente muy cerca del contexto de la comunidad de hombres gay, aunque muchos pretendan vivir pensando que no es así.


Fue hace poco o mucho tiempo, según se haga memoria, que me capacité de manera adicional a mis habilidades de abogado o redactor, para poder brindar consejería de prevención de ITS y detección de VIH, fueron varias horas y semanas en donde me zampé la norma oficial sobre el tema, tratados internacionales, literatura, testimonios, fueron también varios los ensayos donde practicaba en la ficción cómo aconsejar para hacer conciencia de que la prevención es la mejor medida para vivir, que amar no es lo mismo que confiar a ciegas o cómo decirle a alguien que era positivo y los pasos que debía tomar, cientos de horas, conocimientos y prácticas que poco o mucho me sirvieron cuando llegó el momento por primera vez en que tuve que ver a un chavo a los ojos y decirle eres VIH positivo, o tu prueba es reactiva o eres portador del virus de la inmudeficiencia humana, cientos de horas de capacitación, testimonios o prácticas que se resumen en una mirada húmeda perdida en el vacío con la memoria a toda revolución tratando de descubrir en qué momento te despojaron de tu cuerpo, de tu ser, de ti, para dejarte más huellas que las del alma para el resto de tu vida.


Todo comenzó con una llamada con tono de urgente en la voz, que me pedía una consejería referente un… – algo raro ahí, abajo, como granitos que no sé que son-, la voz un poco entrecortada de angustia me pedía varios consejos así como un consejo medicamentoso para quitarse la vergonzante molestia, yo no creo que sea vergonzoso, fue la descripción final que el solicitante le dio a su situación, yo pienso que solo son cosas de la vida y malas decisiones; todo la charla se resumió a una cita en hora y lugar específico, acompañada de una recomendación -sería importante también que te realizarás una prueba de detección de VIH-, la cita se acordó con esta recomendación aceptada. Llega el día de la cita, una cara de preocupación te antecede al saludo que me brindas, las presentaciones se realizan y comienzo con un tono cordial haciendo el entorno más confiable, es la mejor manera de apoyar y lograr que alguien sea honesto para poder obtener la información necesaria para brindar la ayuda oportuna, una revisión física rutinaria, un breve resumen de la vida privada, y unas pequeñas consultas me permiten dar un diagnóstico, papiloma, el tiempo que tuvo que pasar para que el dolor venciera a la vergüenza y te atrevieras a buscar ayuda de manera directa fue bastante a lo que cualquiera puede aguantar por ejemplo con una gripa o una astilla en el dedo, en ese lapso de tiempo una institución médica pública que se dice reconocida en la ciudad te recomendó untarte esto o lo otro pero ni siquiera te inspecciono ni actúo con ética; después, pasamos a lo siguiente, (según las estadísticas del sector salud al menos en 20 por ciento de los casos donde existe una ITS presente existe la posibilidad de que este acompañada de VIH), yo no pensé que fuese el caso, creí que sería una prueba rutinaria donde el nerviosismo se disipa ante un diagnóstico negativo y se pasa a las bromas y los consejos de prevenir para evitar ponerse a pensar mucho mientras se espera el resultado (15 a 20 minutos en promedio), tu caso no fue así, vi la banda reactiva que me indicaba con dos pequeñas líneas que era positiva, esperas sentado frente a mí con el nerviosismo clásico, supongo que quien te contacto conmigo te platicó más o menos como es el procedimiento a seguir, cuando te sugerí que era conveniente sacar otra muestra supongo que notaste que la rutina comenzó a no ser la misma.


Cuando te vi me pareciste conocido, en el ambiente todos al menos en alguna ocasión nos cruzamos por los mismos caminos, tugurios o camas, esto último no fue el caso conmigo pero sí el de los caminos y tugurios. Yo pensaba que eras mayor a tu edad real, un adulto joven, otros pensarían que casi un adolescente, depende de la distancia entre tu apariencia y de quien te calcule la experiencia, para mí una vida en proceso de consolidación. Tomé la segunda muestra y en esta ocasión la reacción fue más rápida de lo esperado en el equipo clínico, el destino y la ciencia aceleraron las reacciones químicas para que tuviera que respirar profundo más pronto y enfrentarte con tu resultado, nuevamente dos líneas púrpuras me decían =, reactivo, o *+, el nerviosismo se sintió más fuerte cuando te vi de frente, tus dedos jugaban con tu pelo crespo y el gel seco comenzaba a aglutinarse como caspa artificial en tu oreja, comencé con un… – es importante que te tranquilices y que sepas que cuentas con todo nuestro apoyo para lo que necesites y para canalizarte a la instancia pertinente -, (espero nunca llegar a repetir estas palabras y mucho menos tomarlas como una rutina predecible en mi activismo), tu respuesta fue más sorpresiva –es positiva verdad, era algo que ya esperaba-, no sé cuánto tiempo más estuve platicando contigo y tranquilizándote, fue un momento tan íntimo que ya ni siquiera te pienso como un extraño, unas lágrimas que te brotaron por un rato sellaron la nueva perspectiva que tendrás ahora de tu vida y lo mucho que le queda gracias a tu diagnóstico oportuno y en buen tiempo. Esa cita concluyó con una última consejería con recomendaciones propias para sobrellevarte con tu acompañante ahora vitalicio, que trato en mi vida nunca llegar a tener que seguir; un documento redactado por mi parte con la mente dándome mil revoluciones que hacían simbiosis con las de tu mente cerró nuestra cita, documento donde te refería a la institución correspondiente para seguir el protocolo necesario y brindarte la consecuente atención que requieres. Ese día no pude dormir muy bien.


La mente me dio mil revoluciones por la noche, las caras que me cruzaron por ella de tantos que he visto en los mismos lugares y situaciones que frecuentamos tú y yo me robaban el sueño, soy humano y también pequé en exceso de ahondar repasando cuantos rostros he visto a tu lado y mi lado, no juzgué ni juzgó, ni pretendo hacer algo al respecto, fue un procedimiento que simplemente mi cerebro no podía evitar repasar en mi cabeza, tantos rostros y caras anónimos y anónimas que vivimos en esta comunidad y que en algún punto tal vez se crucen como el momento en que te vi de frente y te di tu diagnóstico positivo, ojalá muchos tuvieran el valor que tuviste ese día que me diste el sí para aplicarte la máxima la verdad os hará libres en una jeringuilla que te dará la oportunidad, al igual que muchos, de seguir viviendo con más calidad de vida. No sé si el antro de moda y su glamour, la homofobia o la discriminación, los derechos humanos o la falta de divulgación, la ignorancia o la moralina, los amantes ventajosos o el amor tengan algo que ver o no con lo que te pasó. No sé siquiera si se hubiera podido evitar o no, porque solo cada quien en su conciencia trae guardadas las verdades que moldean nuestra existencia, no sé, no sé, lo que sí sé es que ese día me marcó, ojalá que nunca tenga que volver a tomar otra segunda muestra en ese escritorio.


Share/Bookmark

jueves, 20 de mayo de 2010

LETRITAS PARA EL ALMA IV



BUSCADORES


Los hombres

que gustan de otros hombres,

en el mayor caso,

gustan

sólo sorbos

inmensos

de carne, cuerpo,

deseo, pasión,

olores líquidos

de agua salitrosa

que brota al roce

de caricias ajenas,

de Alientos desconocidos.

EN DF dice:

Aquellos hombres

degustan el peligro

que se pasa ausente

–callado, imperceptible, tierno–

por cada artera descubierta.

Son transeúntes

de calles deshabitadas,

conformes con ninguna realidad,

en cada esquina,

en cada lugar oscuro,

esquivos

inadvertidos por la ponzoña

fatalidad;

enloquecidos

en la bajeza

de las aceras

ruedan ausentes

en aquella esquina,

mojando las ganas,

en la otra,

en ésta.

EN DF dice:

Estos hombres

se escurren

por las alcantarillas

de la orbe,

arriban con premura

los manantiales

de savia masculina

y beben de ellos,

del alcohol,

de la lujuria cotidiana,

para perderse después

en los manjares

de una cama extraña.

(Para alguien que ame y amo por ser tan valiente José de Jesús Velasco)




Share/Bookmark

miércoles, 19 de mayo de 2010

A propósito del día Internacional contra la Homofobia





Hace ya tiempo que no te recordaba, han pasado diez o… trece años desde la última ocasión que te dirigí la palabra de manera rutinaria, solamente lo hacía cuando era absolutamente necesario, te confieso que me avergonzaba la sola idea de que alguien me viera platicando contigo, más que el hecho de que ganaras el concurso estatal de conocimientos en física por dos ocasiones consecutivas, mientras yo, a duras penas llegaba a cuartos de final y nunca pude medirme con los más inteligentes de esa generación de secundaria. 1996, en mi mente ni siquiera cruzaba la idea de asumirme como homo, gay o joto como me definía en ese momento; tú en cambio, seguramente adelantado por la inteligencia con la que siempre venciste a tus rivales en aquel momento, decidiste enfrentar al mundo y asumirte como lo que eras, una loca sin remedio.



Nunca te insulté en el salón de manera directa, pero sí permití que hablaran mal de ti frente a mí, por ser como eres pensé que no te merecías el menor respeto, no era posible que alguien que actuara como tú se mereciera alguna consideración, obviamente esas ideas tontas ya las superé. Si te dejaban ser así y ser feliz seguramente alguien más trataría de imitarte, supongo que ese era el mayor temor del prefecto Adrian cuando te puso a cantar a pleno sol del medio día – tengo un moñito morado, porque me siento enamorado ….- no recuerdo que más boberías decía su estúpido correctivo, te lo hizo en dos ocasiones, o no sé si más que no me haya dada cuenta, a golpe de humillaciones te quiso sacar lo maricón y nunca pudo, tampoco pudo quebrarte la integridad; a otros, que nos sentíamos más hombrecitos que tú, en más de una ocasión nos sacó una lágrima de rabia por lo ojete que era, era un experto para humillar alumnos (supongo lo sigue haciendo al amparo de nuestro precario sistema educativo), pero a ti solo te sacaba carcajadas cuando comentabas con tus amigas los pormenores del castigo. El sarcasmo, poderosa herramienta para vencer los más blindados prejuicios y el dolor.



La última ocasión que te dirigí la palabra con algo de interés y respeto, fue cuando tuvimos que hacer equipo contigo yo y dos genios más de la "secu" para sacar adelante el proyecto de mayor orgullo para esa generación de secundaria, le valió el equipamiento del salón de cómputo a una escuela cuyo mayor orgullo eran sus grandes maestros que nos trataban de enseñar respeto en el aula, mientras el prefecto en el patio nos enseñaba a discriminar. El proyecto se llamaba "Guanajuato, ciudad de encanto", patrocinado por el ILCE, en fin… a ti, a mi, y a los otros dos, nos valió un diploma y una precaria beca de doscientos cincuenta pesos mensuales del futuro gobierno del "cambio", necesitaban tu cerebro pero no tu ser, por eso, a pesar de ser el que se encargó de coordinar el esfuerzo de los cuatro, no te dejaron hacer la presentación del proyecto porque no podías dirigirte con el - respeto que se merecían- (palabras más o menos de la orientadora educativa) hacia los evaluadores argentinos y peruanos del ILCE, que aprobaron nuestro proyecto, lo publicaron y lo premiaron, supongo que a la fecha es un orgullo que poco recuerdas, también nos valió tres meses de clases de computación en el último año de nuestra generación, las primeras que se daban en la escuela con computadoras nuevecitas producto de ese esfuerzo de tantos, el tuyo fue doble, yo, únicamente de la escuela a mi casa a jugar o hacer tareas de vez en cuando, mientras tú, de la escuela a deshojar y poner a cocer los kilos elotes que tu mamá vendería al día siguiente, además de las tareas, que siempre hacías.



Matemáticas de tercero fue la clase donde te mandé a la chingada cuando te atreviste, durante un trabajo en equipo, a escudriñar mi esencia, fuiste de los pocos que se dio cuenta de lo que realmente era yo en ese entonces, el yo con el que me dormí muchas noches esperando despertar siendo otro, sólo te retire el habla para hacerlo cuando fuese absolutamente necesario, mi indiferencia hacia ti fue el escudo que utilicé pero no verme descubierto; otros, que a la fecha he descubierto son también gay aunque más infelices que tú, decidieron hacer una queja extendida a sus padres, ahí comenzó el último calvario de esta etapa de tu vida. Una junta urgente convocada por la orientadora educativa a petición de un grupo de padres indignados por tu forma de ser, te valió una inquisición de la que no fui testigo directo pero sí obtuve testimonio de mi propia madre que en esa ocasión decidió asistir a la junta conmovida por lo absurdo del tema, tú enfrentando las acusaciones de tres adultos con la antorcha en la boca que exigían se te expulsara por tu conducta inmoral, los hechos: eras muy maricón, tocabas a algunos chavos en los baños (yo creo que sí aunque no me consta, pero si me llegó el rumor que más de una ocasión alguno te buscó para ello), además de que eras pobre (eso no lo dijeron de manera directa, pero creo que también fue tu pecado cuando uno de los flamígeros padres te sentenció también por no llevar ropa muy limpia a esa reunión), dos docenas de padres solo miraron sin interceder por ti, solo dos intercedieron a tu favor tratando de ser más comprensivas, mi madre y otra señora (madre inteligente de una que sería mi mejor amiga preparatoriana), creo que a las dos la vida les enseño lo mal que se siente ser discriminado, una bastarda y luego huérfana desde temprana edad, la otra viuda y despojada en los inicios de su maternidad (esas son historias aparte), de nada les sirvió tratar de interceder por ti, pues tu madre también te sentenció y selló el veredicto jaloneándote enfrente de todos esos páter familia. El moretón que tenías en la mitad de tu brazo derecho y los ojos quebrados con los que llegaste a dos días de aquella lapidación moral me hace pensar que el castigo se hizo un tanto más extensivo, nadie de los moralinos prefectos y maestros, salvo dos que aún admiro, se escandalizaron por esto.



En los últimos tres meses de clases juntos, parecía que habían logrado obtener su recompensa, quebrarte la voluntad de ser tú, la voluntad de ser que muchos aún siguen o seguimos buscando pero que no tuvimos o tenemos tu valor, así te fue. Ibas a clases y entre las sumas, las restas y tu silencio anormal seguías siendo un niño de diez en matemáticas, física y química, en una boleta cifraste y tasaste, supongo yo, la necesidad de ser perdonado en tu casa; el estigma y el aislamiento social marcaron tus últimos días de educación, solo terminaste la secundaria, porque yo creo que en tu camino te encontraste a alguien más que no sabía sumar como tú pero sí restar mucho y saliste sobrando, como mucha gente a la que pensar y ser auténtica se le tiene prohibido en este país. Yo continué mi camino y pasaron cuatro años para que tuviera el valor y el coraje de aceptarme y aceptarte para voltear a verte y darte un saludo rápido en tu puesto callejero, tuviste que salir adelante con lo mejor que sabías hacer además de las matemáticas, y ahí sigues casi a diario, ahora creo que lograste la reconciliación con tu madre, de vez en cuando paso y te veo sentado mientras ella te cepilla el cabello largo, también creo que encontraste un compañero de lucha, a leguas se nota que es tu pareja y que te quiere, juntos se gastan las suelas en esa esquina de la Avenida Juárez, me pregunto: ¿Con qué cara voltearan a verte el prefecto Adrian, la orientadora educativa o los padres que te sentenciaron por ser como eras?, espero que con la de vergüenza, pero de ellos mismos; no se puede volver atrás, ni mucho menos reparar lo que te hicieron, quizá tampoco puedas volver a ser una persona de diez, ni muchos menos ganarme un concurso de conocimientos a trece años de mejores oportunidades que he tenido, ni siquiera creo que esos tres meses de clases de computación que con tu esfuerzo conseguiste para nuestra secundaria te sirvan para leer esto en internet; lo que me agrada, es que a unos pasos de la esquina del Mercado Hidalgo, en ocasiones, escucho tus carcajadas, igualitas a las que usabas en 1996 para defender y reafirmar tu voluntad de ser, creo que la felicidad es lo único de no te podrán quitar nunca y ahora me uno a esta causa para que jamás alguien vuelva a intentar quitársela a otro niño de diez en secundaria.


POR UNA VIDA INTERNACIONAL CONTRA LA HOMOFOBIA EFECTIVA, UNA HISTORIA QUE CONOCÍ DESDE HACE MUCHOS AÑOS PERO QUE APENAS AHORA ME NACIÓ COMPARTIR. Bethesda, 17 de Mayo de 2010.


Share/Bookmark

jueves, 6 de mayo de 2010

Crónicas de Bethesda IV



Viernes a punto de dormir, aún tengo en la cabeza los planes del día de mañana, camping a la sierra de Santa Rosa, posible paseo en la sierra cargando con carro, laps, agua embotellada, algo de glamour y una bolsita de condones bien acomodados con las ganas de encontrar a alguien nuevo para sacarse las ganas del fin de semana. Pienso que será una interesante aventura de puente de mayo, todos mis ultra urbanos amiguis reunidos alrededor de una fogata contándonos lo de siempre, solo que en esta ocasión con la tierra y las piedras de banquillo y la amenaza de nuevos acompañantes en la tentación de una noche solitaria en el bosque, sinceramente por mi parte no esperaba mucho, de parte de algunos amigos la expectativa de salir de la rutina era grande.




El sábado transcurre algo rápido, aún no he organizado absolutamente nada para el camping, suena mi celular y el mensaje me advierte - amiguito nos veremos a las 5 en Marfil de ahi nos vamos por las cosas para la sierra, si tienes alguna idea de que llevar danosla -, la tentación de sentirme un poco comprometido a ser el coordinador o el daddy del camping me comienza a invadir, pero desecho la idea pronto, mi amiguito nice lo organizó y no es nada del otro mundo, todo saldrá bien. Cuatro cuarenta y cinco de la tarde, leo en la pantalla de mi compu. La gandalla, mi amigovio y yo aún en casa con la flojera en la cara, un ducha rápida los tres por si acaso en el camping una nueva nariz se interese en la feromona novedosa, - ya son las cinco , hay que apurarnos- les acelero el paso al par de putas, (aunque pienso no tanto, llegarán tarde algunos de cualquier forma). - Que horrorz - - no traje nada para llevarme -, decidimos prestarle a la gorda algo con que taparse el frío y en que echarse, de cualquier forma sabe que de una u otra forma lo conseguiría la gandalla.




En mi mochila, antes pienso un poco lo que hará falta en las mochilas de los demás, seguro no faltaran cobijitas blanditas, almohadas, desodorantes, agua embotellada, espejo y gel... Sí ya está, cerillos, lámpara, mi pica de tierra, cordones para amarrar, navaja, piola, alcohol por si la leña esta húmeda, yodo, mertiolate, condones, mi chompa para el frío y listo; la MEGA entre sus estantes nos dará ideas de la comida ya estando ahí, para dormir, una colchoneta vieja con olor a culo de amigo hospedado a falta de los sleeping prestados en casa de mi madre. Chamarra para mi amigovio y la gandalla, ganas de divertirnos y vámonos.




Punto de reunión y casi todos con cara de impaciencia, - Putas donde andaban - - si vieron mis mensajes -, - ash ya vámonos, yo ni sueter ni nada traia pero estas putas ya me prestaron - , Ante la discrepancia de gustos entre la chistorra italiana cara del bando nice y las salchichas de retazo baratas de las jodidas decidimos que cada quien compre su comida, solamente en algo coincidimos, la peda esa si va por cuenta de todos como los ritos de amiguis lo mandan. Conclusion de tres en el carro rumbo a la MEGA, después de la joti-inspección a los asistentes, -no habrá nada que ligar -, lo que se esperaba nuevo resultaron los conocidos de siempre solo que con diferente look, obvio que si en el tiempo recien conocidos no paso nada, menos ahora; uta, de pronto recordamos, no ha llegado el flaquito esbirro de la gandalla, nos acordamos que no llegó porque ante el panorama desalentador de que no habrá carne el en camping recordamos que falta al que todos le metemos mano ya con las ganas en las palmas y el alcohol entonado; frenada inesperada, y en un ratito finalmente nos alcanza, ahora sí ya estamos todos. Abastecimiento en la COMER como para una estadía de una semana en el desierto del Sahara y tomamos rumbo a la Cuenca de las Palomas, donde se llega a acampar con todo y carro.




Arribamos a la sierra moribunda, a la entrada un guardabosques tercermundista nos recibe más preocupado por cobrarnos la cuota de cuarenta "varos" que por indicarnos lo necesario para proteger el lugar, una negociación corrupta nos ahorra el 20 por ciento del costo y listo a adentrarnos en las entrañas del salvaje bosque entre una terracería madreada por las llantas de muchos vehículos, el guardabosques tercermundista, seguramente advertido sobre nuestra jotería por las maletas de rueditas impropias para acampar y nuestra actitud de ninfas hespérides de chacales y la de dos sátiros cazadores de juventud nos intercepta y previene: - hacia abajo ya fueron muchas familias -, - entonces creo que no estarán a gusto - - pues estarían muy apretados con las familias - inciste en que debemos regresar y tomar otro camino, pienso yo que preocupado porque una madrecita tejiendo chambritas con sus conchas de chocolate a un lado, en medio del bosque, no se viera de pronto turbada por los movimientos orgiasticos de estas locas alrededor del sagrado fuego de Artemisa; ni modo, a retomar otro camino, mi amigui el diseñador a estas alturas ya había arado medio camino con las rueditas de su maleta de aeropuerto cuadrada. Nos convence el guasdabosques tercermundista con una oferta tentadora, - les echo un raite con sus cosas a un lugar más arriba -; maletas, comida, agua, perfumes, casas de acampar y plumas (mi amigovio y mi aguito nice) para arriba, arranca la camioneta y los otros once caminando detrás de ellos con rumbo a nuestra zona libre de ojos prejuiciosos de madrecitas y padres de familia.




Veinte minutos caminando y ahí esta, un pequeño paraje en medio de encinos perfecto para nuestra bacanal helénica de ninfas y sátiros, todito sólo para nosotros, como buena Gayband, y con la amenaza de la penumbra encima decidimos organizar el campamento, unos instalando los moteles moviles (entiéndase casas de campaña), otros a conseguir leña y armar la fogata, otros a recopilar las cosas, y yo, como siempre, de metiche amargado en todo y en nada, tratando de hacer notar mi experiencia boy scoutt. Casi todo listo y la gorda gandalla recuerda la maldición de mi amiguito nice (siempre que el organiza algo, alguien o algo lo hace salirse del evento para solucionar algún problema), y como si tuviera boca de piton-isa (por profética y traga todo lo que hay) a dos minutos de lanzar su predicción suena el nextel, resumidas cuentas que efectivamente a alguien le urgía que mi amiguito nice llegará a algún lado a resolver un conflicto, la conclusión - no puedo ir, estoy en la sierra, busquen a alguien más que los apoye-, aleluya (pensamos) que buena falta le hace darse lugar de vez en cuando. Ahora ya con casas de acampar puestas en pie a punta de machucones en las uñas bien cuidadas y de amarres improvisados, una fogata encendida, leña como para sacrificar un fauno toda la noche y harta comida como para dos semanas en la nada, el camping esta listo, que saquen el vodka barato y los jugos nacionales, ahora sí a conocer al resto de los asistentes.






Sentados alrededor de un buen fuego que calienta, los pies pero no las ingles, damos paso a las presentaciones, hasta hace un momento eramos un grupo de locas sudadas y de desconocidos con cara de hueva que andabamos siguiendo los pasos de un guadabosques tercermundista; somos trece, sólo que en esta ocasión un número de la buena suerte, pues encontramos un buen lugar, con un campamento casi perfectamente armado, sin nadie herido, y con mi amiguito nice que pudo eludir la maldición, la sierra por su parte esta tranquila compadeciendo nuestra inexperiencia para urgarle en las entrañas, un buen paraje y absoluta tranquilidad con la noche solo para nosotros, primero los siete de siempre, la gorda gandalla, el flaquito, mi amigovio, el diseñador muyerz, el seriecito, el amiguito nice y yo, los nuevos: una niña buga de pelo rizo, su novio (el unico con pene que no es gay), una parejita de napeas donde realmente resulta dificil decir que rol es quien, el psicologo y el siempre sonriente traga-años, todos reunidos en torno al fuego con un objetivo en común, acabarnos los tres litros de vodka y uno de wiskey baratos que llevabamos. Así al primer vaso lleno de alcohol, jugo barato, tierra y polvo del campamento decidimos romper el hielo, atrapados en el frío de la casi media noche y con la imaginación apendejada por el alcohol, dejando de lado 10 o 15 años de ciencia y educación, decidimos que la mejor manera de entrar a tono es contar historias de "espantos". Dos historias previas, sobre ruidos o duendes (el psicologo se esmeró) y nadie se asustaba, las salchicas ensartadas en varas de encino y las tortillas duras de harina seguían saciando nuestras bocas mientras la gandalla daba ordenes a diestra y siniestra sobre que arrimarle y que se le ofrecía, de pronto recordé las sabias palabras de mi abuela: Hay que tenerle más miedo a los vivos que a los muertos; y así fue, viendo al seriecito como blandía un machete de lado a lado entre sus manos, se me ocurrió, contaría la anécdota del niño asesinado con agujas (anécdota que solo ví en fotografías y clase de criminología, a eso me refiero con tenerle más miedo a los vivos), agregándole claro está, un toque de penumbra con supuestas apariciones ruidosas en la morgue, tomo el machete entre mis manos ante la atención captada de la mayoría en mi historia y de pronto tres madrazos a las piedras con el machete y un voladero de chispas, ¡ahora sí funciono el susto!, hasta los más escépticos pegaron un brinco, mientras la chica buga se refugiaba en los brazos de su hombre y tres locas me reclamaban que me habia pasado, jajaja, eso sí que asusta, no los espíritus y esas mitologías.




Más tarde ya ambientados todos y rota la ley del hielo, el intercambio de wiskey y vodka no se hizo esperar, al tiempo de que el seriecito dejaba salir su parte esotérica tratando de hacer ritos de invocación de una naturaleza que nunca respondío más que con una cursera que le dio al gandalla por tragona; yo, ya con el hocico caliente por el alcohol, comencé a seguir a la seriecita entre los árboles, perdido entre los arbustos (apenas recuerdo entre las lagunas del alcohol) me hablaba de un rito, de la naturaleza, yo le respondía, nos besamos y después no recuerdo, acabe solo entre la noche del bosque y tardé bastante en poder regresar al campamento, ................ Solamente alcanzó a recordar que mi amigovio me tomo del brazo ante la mirada sonriente del traga años y entré a una tienda acampar, donde la gandalla ya se había apergollado la colchoneta, cobijas, chamarra gruesa y la chamarra de mi novio como almohada, ni modo, suelo me tocó, pero es tan bueno como un colchón yo con los litros subidos a la cabeza. Entre sueños, ruidos del amiguito nice enseñandole el pene a no se quién producto de una apuesta, la diseñadora muyerz brincando la fogata con el trasero al aire a petición de un castigante con el poder de una botella giratoria, (mi amigovio, supongo, besándose con el flaquito con la playera fuera producto de la botella castigadora), el seriecito hasta donde escuché tratando de encender el fuego, el psicólogo y el sonriente traga-años observando la escena bacanálica de los desnudos, por pudor no jugaron pero bien que estaban viendo, la pareja de bugas intentando ponerse románticos en su tienda de campaña, la parejita de napeas durmiendo, la gandalla roncando a mi lado, y yo con mil vueltas en la cabeza, el alcohol fermentado en el estómago y una casa de campaña bloqueada por la torpeza de mis dedos de ebrio, sin más remedio hice justicia divina, compartiendo en baño de jugos gástricos a un lado de la gandalla a quien que no le quedó más remedio que gritarle con todo el asco de su alma a mi amigovio para que fuera ayudarme a limpiar el nuevo toque decorativo que le daba a nuestro dormitorio montaraz, - me lleva la chingada-, - maldita wicca de a peso con sus invocaciones que no dejan dormir-, - estas cuatro putas encuerandose afuera y gritando -, - la otra pinche ninfa quejándose peleando con la wicca de a peso- - y esta puta que me vomita- -pero quien me manda, mejor en mi casa, mañana temprano me largo en mi carro -, cinco minutos después seguía roncando tanto como si nada hubiera pasado.




Salgo un momento de la casa de campaña en plena madrugada, tratando de recuperar el aire después del bochorno de mi congestión, una plática trivial, entre el psicologo, mi amigovio, el flaquito, la wicca de a peso (el seriecito) y yo, el cansancio nos vence y a dormir, yo y mi amante dandonos el calor que hace tiempo no nos damos a causa de la ausencia de un trapo con que taparnos, el flaquito armonizando con la colcheneta durmiendo bajo el brazo de la gandalla que ronca hasta más no poder, pasa el tiempo y el sueño vence mi cansancio abrazado a mi amor, de pronto un desastre afuera de la casa de campaña, alguien tumbo unos postes amarrados a la entrada, es la gandalla que apresurada por dos litros de jugo de granada con arándano tiene que encontrar un lugar donde poder expiar las culpas de sus excesos digestivos, el inicio de una jornada de penitencias arbóreas para mi amigo.




El sereno con el sol venciendo de a poco las hojas de las encinas, agarra las plantas de mis pies sacándome de los dominios de hipnos, noto que falta un bulto a mi lado, la gandalla salío a seguir expiando sus culpas, es hora de aprovechar, desvanecemos su nudo de cobijas y el flaquito, mi novio y yo nos acurrucamos para lograr tener al menos media hora de sueño decente, y así fue, ese tiempo de descanso cobijado me supo a media hora gracias a la granada y sus dotes laxantes naturales. Afuera, el sonriente traga-años da una caminata junto con la wicca de a peso, buscando un momento para romantiquear a su lado, pero lo único que logró fue toparse con una escena digna del purga-torio con la gandalla encuclillada de protagonista principal, mi amiguito nice y el diseñador apenas asoman la cruda alcoholica y moral de la bacanal de anoche, y nosotros tres en la tienda con el hambre y el frío en todo nuestro flaco ser, el hambre vence y decidimos hacer el desayudo, quesadillas aderezadas con cenizas de 9 horas de fuego, deliciosas en un momento en donde un estomago vacío como el mío no puede ser exigente, la parejita de napeas despertando y haciendo lo propio acomodando los peinados orientales de moda hace cinco años, todos almorzando quesadillas, la wicca de a peso una manzana de la que logre robarle una mitad, todos quitándonos el frío y el hambre con unas quesadillas, en la cabeza las imágenes del machete chispeando, los traseros de dos de mis amiguitos alrededor del fuego, los árboles entre la oscuridad del bosque, el sabor a madres del alcohol, el faje secreto, la sonrisa que igual se ve de noche que de día del traga -años, las confesiones de profesionistas que aún somos supersticiosos, los retortijones de dos litros de jugo de granada-arándano que no se quisieron compartir con nadie, el silencio del buga incomodado en grupo donde siente lo que es ser minoría.






Es casi medio día, todos en pie con las respectivas cuotas en el cuerpo que la madre naturaleza nos cobra, homofóbica ha de ser, acaba con todo el glamour citadino de una docena de locas en una sola noche; para cerrar el camping, una platica vanal sobre películas gay con alto contenido sexual, quizá tratando de sacar de nuestras mentes la expectativa con la que un día y medio antes guardábamos condones entre nuestras mochilas. Hora de levantar el campamento, y yo, con estragos de la cruda aún en mí, el sol no perdona, necesito huír ya de regreso a mi casa, dormir un poco, y reírme más tarde de todas las anécdotas que un entorno hostil para la mariconería me dejó.

Share/Bookmark

Letritas para el Alma III


Ya no quiero verte,
porque me gustas más cuando el deseo te piensa.
Recordándote tanto que me enamoras de nuevo,
¿para qué dejarte ir?,
al menos así tengo razón de seguir vivo
por las ganas de las ganas de tenerte.

Por ti es que no quiero verte;
así estarás seguro que me tienes,
sin ser tú y mejor siendo como yo te quiero.

Te dejaré salir del pensamiento
cuando el tiempo te saque,
asomarás por mis ojos,
resbalarás hasta mis labios y te besaré.
Cuando me ahogue de ti,
te tragaré para saciar estas entrañas
que tanta hambre tienen de tu cuerpo,
de esa que le da al espíritu ante una ausencia,
mientras vuelves como yo te quiero.

Entradas populares